lunes, 27 de agosto de 2012

Alfaro y Plaza, pasión y traición



He realizado una lectura rápida del libro que con el auspicio de la  Editorial “Mar Abierto” de la Universidad Laica “Eloy Alfaro” de Manabí,  publica el intelectual manabita Gino Martini Robles, libro en el que  enfoca, con amplios y claros criterios, dos actitudes que sin duda tienen una estrecha vinculación con los comportamientos humanos: la pasión y la traición, la pasión capaz de generar las más encendidas  emociones o las más desconsoladoras vivencias, la traición que solo genera decepciones, desengaños, desprecio, resentimientos, rechazo, por la bajeza de esa injustificable e inaceptable actitud, de quienes no son capaces de tener la más elemental consecuencia para los que les han extendido su mano generosa y su amistad sincera y sin condiciones.

La obra que tiene un bien hilvanado sustento literario, está combinada con análisis de orden histórico, desarrolla las motivaciones y consecuencias de la pasión y la traición, describe sus características y las personifica con actores de la vida real, procurando poner en evidencia estas actitudes, para un  entendimiento de las reacciones humanas o las realidades sociales. El autor con pensamiento creativo y novedoso, analiza estos dos aspectos, vinculándolos al más transcendente proceso de transformación y construcción de un nuevo Ecuador que se produce con la  Revolución Alfarista de fines del siglo XIX y principios del XX,  proceso encabezado por un extraordinario ser humano y líder competente, de vastos conocimientos y clara comprensión del heterogéneo tejido social,  como lo fue el General manabita Eloy Alfaro Delgado, además de histórica,  la obra tiene la virtud de ser narrada con un estilo literario del género de la novela,  el autor demuestra ser poseedor de un pensamiento que permite captar la curiosidad del lector, de despertar su afán por conocer.  Haciendo gala de buen uso del lenguaje relata episodios de una etapa de la vida republicana, en la que están presentes la ironía y la crítica mordaz para lograr una bien sazonada narración, el indispensable ingrediente con una buena dosis de comentarios o análisis que apuestan por la sátira de buen gusto, por la incorporación del humor, que tanto atrae a quienes gustan de la lectura de algo descrito con inteligencia, con el debido conocimiento de episodios y partícipes, que  permitan ser  sarcástico en el análisis de algún acontecimiento o personaje a los que se refiere.

La pasión de Alfaro por construir una mejor patria, su vehemencia porque  brille la justicia, su lucha para que la libertad sea un derecho inseparable de la vida de las personas, su invariable anhelo porque la igualdad de derechos y oportunidades sea una alegre realidad, su sueño porque la armonía social sea el indispensable insumo para cultivar un ambiente de paz, su firme convicción porque la honestidad jamás deje de ser práctica permanente en la conducta de las personas, su propósito confeso y militante porque exista un país que garantice a plenitud el pleno goce de los derechos y garantías fundamentales de las personas, su adhesión sin renunciamientos ni falsos pudores porque la dignidad sea un atributo que forme parte de la vida en sociedad, su creencia sin dubitaciones porque exista una conciencia civilizada que respete derechos y se asuman concomitantemente responsabilidades, ese Alfaro que le confía a Vargas Vila, que sabe que los pícaros, los fanáticos, los farsantes, los desleales, lo traicionarán y  asesinarán,  el que con clara visión de lo que es la conducta humana y sus contradicciones, sabe que su sangre derramada levantará al país. La pasión por servir a sus semejantes, lo lleva a exclamar “la muerte no es nada, pero vivir vencido y sin gloria es morir cada día”. A esa postura de un hombre íntegro, idealista, merecedor de la confianza colectiva, se opone la del “amigo” que busca aprovecharse, que abusa de la sinceridad y buena fe, aquel personaje existe y es el que termina haciendo víctima de su actitud repulsiva a quien lo ha servido, ese “hombre hiena” que muestra sus dientes con una sonrisa falsa, cuando ataca a quien le ha brindado confianza, es el que no vacila en adular y hasta parece amable, pero en el interior de sus oscuros sentimientos está preparando el ataque a su benefactor, ese ser normalmente mediocre pero ambicioso de poder o dinero, es en la obra de Gino Martini Robles, representado por el general Leonidas Plaza, a quien Alfaro distinguió con su amistad y aprecio, ese “Placita” como lo llamaba inicialmente, es el que según el autor, por su desmesurada ambición de poder traiciona a quien le permitió crecer y formarse bajo su tutela, bajo su sombra, los hechos delatan la ambición de Plaza, aprovecha su buen físico y presencia y se casa con una miembro del feudalismo de la Sierra, por su cercanía y con el apoyo de Alfaro se hace Presidente del país, en el ocaso de Alfaro saca las garras y en la división de las huestes liberales mata a su contrincante el General Julio Andrade.
 
 Lo antes expuesto hace que el libro de Gino Martini Robles, se convierta en una valiosa contribución a la bibliografía de nuestro Manabí, que afortunadamente ha tenido personajes que con su intelecto, no solamente se han destacado al interior de los linderos provinciales, sino que han gozado de un reconocido prestigio nacional e incluso han traspasado con su producción intelectual, por su contribución a las mejores causas sociales, las fronteras patrias. Concluyo afirmando sin reservas, que es un libro que merece ser leído como  importante aporte a todo lo que vivió el país durante la Revolución Liberal que triunfa en 1895 y termina con la muerte de Alfaro en 1912, con posterioridad a aquello, el rostro social y humano que le inyectó Alfaro, degeneró en un liberalismo mercantilista e individualista, en el que el interés privado y el apetito por enriquecerse de unos pocos, sepultaron todo vestigio del proceso auténticamente revolucionario mentalizado y liderado por el inmenso General de Montecristi.
 

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